"Within the next generation I believe that the world's leaders will discover that infant conditioning and narco-hypnosis are more efficient, as instruments of government, than clubs and prisons, and that the lust for power can be just as completely satisfied by suggesting people into loving their servitude as by flogging them and kicking them into obedience" (Aldous Huxley)
De pronto, por azares del destino, me llega un pensamiento ajeno/lejano como este y zaz-cuaz... Me cae el 20 otra vez del triste tiempo en que vivimos. Me parece demasiado cierto que ya llegamos a ese tiempo en el que se nos ha programado (o intentado programar con mayor o menor éxito) a amar la servidumbre en la que vivimos.
Acostumbrados a sentir impotencia, el camino más fácil es siempre mantenernos en la ignorancia, por que así nada afecta la burbujita en la que vivimos.
¿Qué formas puede tomar esta esclavitud en la que nadamos tan a gusto?
El consumismo por ejemplo... la idea del status material.
El sentir verdadero poder y satisfacción en tener un carro tal o cual, ropa de tal marca, o una cintura de tal medida. La comodidad y satisfacción tan sencilla.
El aferrarte al pequeño pedacito de autoridad que te puede dar la vida por circunstancias muchas veces ajenas a ti.
En la cadena del antro, en el policía de Tránsito, en el cajero del banco... un pedacito de poder al que solemos amarrarnos para sentir que eso es lo que nos da mayor valor y al que no le despegamos la mirada y así, dejamos pasar inadvertidamente las pisadas de otros sobre nuestras espaldas.
Tan tranquilos, desinformados... tan (entre comillas) "felices".
La comodidad, la muerte...
No te salves, decía Benedetti... y hoy estamos demasiado lentos, a salvo... y nos encanta porque alejamos las preocupaciones, los problemas.
Preferimos no denunciar para no complicarnos la vida, no quejarnos para no ser criticados, no señalar verdades incómodas para seguir siendo agradables alrededor.
Ya no... intentaré romper esta rutina...
Dispararé contra lo que me de la gana estas palabras que me crecen en la cabeza.
Y tu... ¿amas tu esclavitud?