domingo, 8 de mayo de 2011

Me topo con un programa especial del Terremoto del '85. No sé por qué siempre ha sido un tema que me ha llamado mucho la atención. Me reconozco curiosa observadora de desastres y situaciones extremas, de su efecto sobre las personas en lo individual y lo colectivo.

De pronto una imagen me sacude. Es un corcho donde hay varios anuncios pegados, imagino listas de heridos, instrucciones, noticias... y entre ellos escrito con grandes letras, coloreadas de verde blanco y rojo se lee: ANIMO MÉXICO.

Este es el mismo país, ¿acaso somos la misma gente? ¿tendremos la misma madera de estas personas que dejaron todo y se ensuciaron las manos y los ojos por ayudar a sus vecinos? Espero que sí... y me cuesta mucho trabajo comprobar si mi esperanza tiene motivos.

Me llenan los oídos de quejas, leo sobre marchas locales nacionales y de todos los tamaños. Disgustos, peticiones... ira. Me abruma la incongruencia, la impotencia de no saber por dónde atacar este monstruo que se come mi hogar. Si bien no reconozco su rostro, no tiene nombre. ¿cual es el problema que se quiere solucionar?... No sé.

Estoy triste. Estoy cansada y temo al cinismo, al silencio, al desamparo aprendido. Necesito acciones verdaderas, ansío ensuciarme las manos entre los escombros de tantas cosas que veo derrumbadas...

viernes, 14 de enero de 2011

Herencia

Siempre me he considerado conciente de mi herencia. Pero pocos días me golpea el peso de la misma en la cara como hoy.

Entre las cosas que me faltan para acostumbrarme al D.F. en definitiva están el tener un grupo de amigos, digámosle, extenso, como el que tengo en querétaro para poder armar un plan prácticamente como y cuando se me ocurra. Las ventajas de esto es haber redescubierto una de las personas más maravillosas: Mi abuela.

Digamos que se ha vuelto el principal destino de mis planes sociales, su casa o salidas con ella para hacernos compañía. Que quede claro que no es en ningún sentido una queja, al contrario, estoy muy agradecida de tener la oportunidad tan increíble de convivir con esta fuente casi inacabable de historias, consejos y opiniones.

Alma tímida, sincera y chiapaneca. Sobra decir que aprovecharé este espacio para contarles algunas de las historias que en estos espacios que disfruto tanto.